Ritual contra un perro molesto
“Recita el conjuro tres veces y la maldad que circunda al perro no se acercará ya al hombre ni a su casa. El ritual: forma una figura de barro de un perro, pon madera de cedro sobre su cuello, rocía con aceite su cabeza, reviste la figura con piel de cabra… Levanta a la orilla del río un altar de juncos en honor de Samas, añade dulces de miel y mantequilla, sahumerios de madera de enebro, fina cerveza, y haz que ese hombre se arrodille y recite…”
Lo que acabo de copiar es una antiquísima fórmula que se conserva de la cultura asiria, cuyo original está en idioma babilónico (Arquitectura de Mesopotamia). No copié el rito completo, ya que consideré que a esta altura mis lectores deben de tener tratamientos más seguros para ahuyentar canes (Perros de búsqueda y rescate). Por otra parte, llama la atención la necesidad de ahuyentarlos, ya que habla de “molestos”, no de peligrosos animales. Y luego descubro en un libro de historia que estos pueblos temían ante todo que los orinara un perro, por las embrujadas consecuencias que este accidente les traía (Costumbres sexuales en la Grecia Antigua).
Lo que no es curioso en absoluto es que desde la más remota forma de vida humana aparezca la magia (La Teoría de la Evolución cumple ciento cincuenta años… ); necesitamos transformar el mundo apenas aparecemos en la tierra, hacerlo a nuestra medida, y la primera ciencia es mántica -por eso cuando no encontramos otra palabra, ante el arte que todo lo transforma, decimos que es “mágico”, o que “fascina”, vocablos que tienen el mismo origen todos: hechizo, brujería (Introducción al arte rupestre).
Aunque por ensayo y error se dio en el clavo a veces con lo que los científicos aceptan, me pregunto, ¿lo que no aceptan no tendrá su parte de eficacia? (Historia de la ciencia, la tecnología y la sociedad).
Los griegos más célebres y “científicos” -en esa época y hasta no hace mucho la filosofía entraba en la ciencia- como Pitágoras -gran matemático (Historias de matemáticos)- y Platón, acudieron a aprender sus lecciones de los magos de Menfis, y a Egipto, Siria y todas las escuelas caldeas para desentrañar el misterio de las mismas entrañas de los monumentos sagrados (Las siete maravillas del mundo).
La bruja
Uno de los personajes más conmovedores de la historia de la magia es la Bruja. Sí, la bruja, no el brujo.
En distintas mitologías esta mujer aparece como la imagen de la sabiduría, no sólo como “hechicera”, en especial en los pueblos rurales.
Por mujer, fue condenada por la institución más terrible que conoce la historia: la Inquisición.
El porcentaje de las enviadas a la hoguera o torturadas por los “valientes” inquisidores supera ampliamente al de los hombres.
No cabe duda, ya lo dijo Freud: la mujer es el continente oscuro.
Más allá de la ironía, las artes de las mujeres en los tiempos pasados eran incontables. Eran las que ayudaban a dar a luz y daban a luz, las que recogían las cosechas, las que hacían que la comida se multiplicara como los panes y los peces del Evangelio. ¿Cómo no iban a ser enjuiciadas por brujas?
La imaginación, además.
La imaginación femenina siempre fue más allá: la mujer nace “artista” y luego la vida la decepciona, en general; el hombre debe hacer seminarios, estudios superiores, para empezar a considerar si toma un pincel o escribe una palabra.
Amigos y amigas: la bruja es buena, bella, cariñosa. No es la de los hermanos Grimm, es Juana de Arco, es la que hechizaba a los cátaros para que cantaran inocentemente a la vida y también cuando iban hacia la hoguera. ¿Qué es una manzana envenenada comparada con la bomba atómica? Y es menos aun considerando que un hermoso príncipe despertará a la intoxicada…
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